Mutaciones rápidas del virus SARS-CoV-2 y los desafíos para las vacunas existentes
Nuestro mundo se encuentra en constante evolución, especialmente en el ámbito de la ciencia médica. Si queremos entender cuán rápido muta el virus SARS-CoV-2, basta con observar cuántos nombres ha tenido. A principios de mayo de 2021, el virus comenzó a mutar rápidamente, dando lugar al peligroso estrain Delta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió nombrar las nuevas cepas de virus utilizando el alfabeto griego.
En menos de un año, solo quedan ocho letras del alfabeto griego por usar. Esto no significa que solo hayamos visto 14 cepas; en realidad, cada nombre nuevo implica una constante búsqueda de cambios. Por ejemplo, la cepa Omicron, descubierta en Sudáfrica en noviembre de 2021, tuvo cinco ramificaciones evolutivas diferentes en menos de seis meses.
La cepa BA.2 de Omicron es aún más peligrosa debido a su período de incubación más largo y su mayor capacidad de transmisión. No solo puede infectar a personas que ya tienen anticuerpos contra el coronavirus, sino que también ha demostrado reducir la efectividad de las vacunas existentes.
Según un estudio publicado en Nature Medicine por un equipo de investigadores de la Universidad de Hong Kong, si solo se administran dos dosis de la vacuna inactivada, ninguno de los 30 participantes tuvo suficientes anticuerpos para prevenir la infección por la cepa Omicron. Con dos dosis de la vacuna mRNA, la tasa de protección era del 6%, lo que significa que apenas ofrece protección. Incluso después de recibir la tercera dosis de la vacuna mRNA, la tasa de protección solo aumentó al 28% después de 3-5 semanas.
Es evidente que necesitamos una solución: una vacuna capaz de proteger contra todas las posibles mutaciones del virus SARS-CoV-2. Ya existen numerosos científicos trabajando en ello, y varios equipos de investigación han informado de avances recientes. El último logro fue en abril de 2022, cuando la revista Cell publicó un artículo del equipo de investigación del profesor Wei Wensheng de la Academia de Ciencias de Pekín. Este estudio propuso el uso de ARN circular para desarrollar una vacuna contra el coronavirus y descubrió una posible vacuna efectiva contra varias cepas del virus.
Aunque los laboratorios están avanzando en el desarrollo de estas vacunas, no se han implementado en la vida real. En comparación con los nueve meses que pasaron entre el brote de la pandemia de COVID-19 en Estados Unidos en marzo de 2020 y la disponibilidad de las vacunas mRNA de Pfizer y BioNTech a fines de 2020, la implementación de estas nuevas vacunas está lejos de ser tan rápida.
El desafío principal es que el virus sigue mutando a un ritmo vertiginoso. Las mutaciones en la proteína de pico del virus, que es un objetivo clave para las vacunas, son particularmente problemáticas. Aunque algunos experimentos muestran que algunas vacunas pueden proteger contra múltiples cepas conocidas, siempre existe la posibilidad de que nuevas cepas puedan evadir la protección de estas vacunas.
A pesar de los desafíos, ahora podría ser el mejor momento para trabajar en una vacuna universal contra el coronavirus. La OMS y otros organismos gubernamentales están invirtiendo en la investigación de estas vacunas, y varios equipos de investigación han recibido financiamiento significativo para sus proyectos. Sin embargo, el desarrollo de una vacuna universal sigue siendo un desafío significativo debido a la alta tasa de mutación del virus y la falta de incentivos económicos para las grandes empresas farmacéuticas.
Conclusión
En conclusión, aunque se están haciendo avances significativos en el desarrollo de una vacuna universal contra el coronavirus, aún queda mucho camino por recorrer. La rápida mutación del virus y los desafíos económicos continúan siendo obstáculos importantes. Sin embargo, con el apoyo continuo de la comunidad científica y los esfuerzos de investigación, esperamos ver un progreso significativo en el futuro.
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